La corza Rodolfa, por un «Teleno libre»

Soy una de las tantas corzas que se asienta en el entorno del monte Teleno. Nuestra población ha registrado un incremento, como si en un espejo nos mirásemos. Nos dejamos ver en solitario o en collera (de dos en dos). Me suelo asociar con mi amiga Jimena para corretear y brincar por prados y bosques donde hallamos nuestros suculentos alimentos.

¿A qué se debe nuestra creciente expansión? Nuestra capacidad de adaptación e inteligencia da respuesta a esta cuestión. A ello se suma que podemos tener dos o tres crías o corcinos en cada parto.

Tanto Jimena como yo encontramos un hábitat cómodo en los terrenos boscosos de la montaña del Teleno. Tenemos predilección por la vegetación caducifolia, mixta o de coníferas. No obstante, nos aclimatamos tanto a los alimentos que componen nuestra dieta como a los ambientes que poblamos.

De hecho, los bosques frondosos de hojas tiernas, donde los herbazales se multiplican, con frutos de naturaleza variada y arroyos donde el agua corre abundante, son ecosistemas donde nos encontramos a nuestras anchas.

Puede resultarte curioso, pero la gran amenaza que se cierne sobre nosotros es la movilización de individuos procedentes de Centroeuropa para repoblar áreas de vocación cinegética, principalmente.

Ya lo hemos hablado mi compañera de batallas y yo. La caza nos intimida e interrumpe el indispensable desarrollo de la cadena trófica. Somos conscientes de que quizá, algún día, un lobo, un lince o un zorro nos atrape. Es natural. Forma parte de la cadena alimentaria y, aunque nos tengamos que despedir para siempre de este querido monte y sus valles, lo consideramos inherente al ecosistema.

Un Teleno liberado de proyectiles

Hoy vengo aquí con una misión: reivindicar un Teleno ajeno a la actividad militar y ausente de proyectiles. Estamos más que hartos de las detonaciones de munición sobre el campo de tiro ubicado en el monte que nos ha visto nacer.

Nos unimos a la Plataforma de Afectados por el Campo de Tiro del Teleno, quienes han arrancado su actividad a raíz de un incendio que ha calcinado cerca de 4.000 hectáreas. Provocado por un rayo, las llamas han arrasado y ganado terreno en una zona de alto valor medioambiental y arqueológico.

No es la primera vez que el fuego se apodera de este monte, sin que las brigadas de extinción puedan adentrarse en una zona plagada de proyectiles por el riesgo de detonación de estos. Un auténtico peligro para los pueblos que cohabitan con «un vertedero de munición sin detonar», tal y como manifestó Marisa Rodríguez, portavoz de la Plataforma.

Nuestra ladra se hace eco de estas protestas a la par que más de una cincuentena de colectivos, juntas vecinales y ayuntamientos se reunieron frente a la Subdelegación de Defensa en León el 17 de septiembre.

Sabemos que se trata de una reivindicación histórica. El devenir de los años y la pasividad de la administración han llevado llenado de rabia y cansancio a los habitantes de las comarcas aleñadas a la sierra más elevada de los Montes de León.

Los vecinos reclaman que Defensa «cese las prácticas con fuego real; limpie y descontamine de proyectiles y munición el área militar; e inicie una profunda reflexión sobre cómo convertirse en aliado de nuestro desarrollo sostenible para la repoblación de nuestras comarcas y deje de ser el principal obstáculo para nuestro futuro».

Nuestra ladra, un sonido ronco, muy sonoro y seco, se alía con el sentir de estos habitantes de la España vaciada, olvidada y abandonada. Sus exigencias y reclamaciones son el reflejo de la ausencia de medidas frente a la despoblación y la protección medioambiental, esencialmente.

En este caso, nuestra voz se aleja un poco de la función antidepredatoria: un individuo ve o huye de un depredador y emite este sonido de manera repetitiva.

Observamos y nos alejamos de las llamas, nos detenemos en la preocupación de los vecinos, en sus reivindicaciones y luchamos con ellos para que nuestros ecos se escuchen. Y no solo eso: exigimos que los organismos oficiales actúen en consecuencia. El presente y futuro ecosistémico, laboral y poblacional están en juego.

Fuentes:

Imagen: Pixabay

Arde El Teleno, la montaña horadada

La montaña, que se alza como la más alta de la provincia de León, con sus 2.188 metros de altitud arde desde hace siete días. Las llamas y columnas de humo se aprecian desde casi cualquier parte de la comarca que preside.

Los vecinos de los pueblos aledaños ven cómo el fuego se apodera de este enclave de gran valor medioambiental. Lo hacen con indignación, tristeza y preocupación. Temen que el incendio (calificado de nivel 2) se lleve por delante su cobijo, sus hogares, su historia, sus anécdotas…

Los frentes intimidan a los pueblos de Quintanilla de Somoza, Molinaferrera y Filiel, cuyos habitantes ya advierten que deben de estar listos por si han de partir raudos en el caso de que los focos se expandan más.

El incendio ha arrasado ya más de 2.000 hectáreas en una zona de difícil acceso por la existencia de proyectiles empleados para las maniobras del campo de tiro, cuyo uso se consolidó por el Ejército en 1980.

La munición horada el monte y supone un peligro para la vegetación y fauna de la zona. Además, la existencia de proyectiles imposibilita que los equipos de extinción de incendios se adentren en la zona por el riesgo de explosión.

Ahora la respuesta viene del cielo, ya que los vientos cambiantes desplazan las llamas, que han saltado los cortafuegos trazados por las brigadas para tratar de controlar la propagación, con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Lo que comenzó con un rayo se ha convertido en una catástrofe similar a las que se originaron en 1998 y 2005, que devastaron miles de hectáreas en este mismo emplazamiento.

Un monte sagrado

Los habitantes de la comarca de La Maragatería admiran y veneran al que fuera Mars Tilenuspara los romanos. Roma lo divinizó, quizá por su majestuosidad y porte. Tal vez se encomendaran a él en las batallas.

Por Estrabón (geógrafo e historiador romano) se conoce la existencia de un dios guerrero similar a Marte. Ante él se sacrificaban machos cabríos, caballos e incluso prisioneros. Lo documenta una inscripción aparecida en una lámina de plata, en Quintana de Marco con la denominación de «Marti Tileno»

También se advierte presencia prehistórica. Queda plasmada en los petroglifos descubiertos por Juan Carlos Campos, astorgano de pura cepa y aficionado a la arqueología. Halló dos piedras de grandes dimensiones con tres laberintos cada una. Según queda reflejado en El Diario de León, los petroglifos de La Maragatería tienen los laberintos más antiguos del mundo.

Los expertos han vertido algunas hipótesis sobre estas muestras de arte rupestre. Podrían ser representaciones solares al servicio de las antiguas sociedades campesinas, quienes realizaban ritos de iniciación o de fertilidad. El enigma planea sobre estas piedras de gran envergadura, que pueden atesorar y despertar fascinación y alguna que otra sorpresa.

En esta España vaciada (y olvidada) las llamas parecen campar a sus anchas, con una intervención insuficiente. Además de la amenaza de poblaciones y vidas, la tierra ve usurpada su flora y su fauna. Buena parte de responsabilidad recae sobre El Ejército donde se vio un recurso que puede manejar a su antojo. Este desastre da cuenta de ello.

En memoria de los ancestros de La Maragatería y por los habitantes que hoy sacan este enclave adelante con fortaleza

Ángel Febrero, naturalista, artista y divulgador: “El español, en general, vive bastante ajeno al medioambiente y a la naturaleza”

Imaginemos una aldea. Una vez allí, trasladémonos a un taller donde se conjugan talento y ciencia a golpe de pincel y cincel. Dialoguemos con Ángel Febrero, quien se considera un “humilde artesano”. Lo cierto es que su obra es prolija. Nos desvela los secretos de una persona consagrada al arte y comprometida con el medioambiente. Afable divulgador, el programa La aventura del Saber (La 2 de TVE) ha gozado de su presencia y rigor. Lo ha hecho a través de dos espacios: Biobricolaje y Cuaderno de Gaia. Aquí no concluye su estela, sino que se prolonga hacia proyectos innovadores como Paludario, Muros Frescos o Bioesculturas, entre otros.

  • Arte o ciencia: ¿qué disciplina llegó antes a tu vida?

Realmente las dos disciplinas tienen muchísimo que ver. De hecho, ayer veía un documental del matemático Benoit Mandelbrot, quien descubrió el tema de los fractales. En él comentaba que la ciencia y el arte van cogidas de la mano porque todas las formas de la naturaleza tienen su componente estética, gráfica o artística.

En mi caso, no es que empezase por el arte o la biología, sino que ambas están vinculadas

Mandelbrot descubrió el conjunto que lleva su nombre. Es un conglomerado de imágenes fractales aplicable a todo: a las telecomunicaciones, a la medicina e incluso a la bolsa.

Él pudo aplicar los fractales a la vida real. Estos están en todo: en la forma de los ríos, de las plantas, en cómo se erosiona una montaña o en el relieve de una costa marina. Es decir, los hay en cualquier sitio de la naturaleza

Es un ejemplo de que la ciencia y el arte van muy de la mano. Y, en realidad, el conjunto de Madelbrot es una obra de arte en sí mismo.

  • ¿Qué es un fractal?

Es un objeto geométrico imaginario, fruto de una fórmula matemática y que describe un patrón geométrico irregular y que de alguna manera es autorreferente. Es así debido a que, por mucho que bucees en la autorreferencia, no tiene un final.

La geometría fractal lo que hace es explicar fenómenos de la naturaleza que, con las teorías más clásicas de la matemática o de la geometría, no se pueden comprender.

  • ¿Cómo has logrado conjugar las dos vertientes de las que hablábamos antes en tu trayectoria profesional?

Siendo muy práctico. Vivir del arte y de la ciencia es muy complicado en nuestro país. Y subsistir de ambas es aún más complejo. Lo que ocurre es que yo he sido muy pragmático y he intentado arrimar esos conocimientos de arte y de ciencia a cosas muy prácticas. Por ejemplo, a varias patentes como la de los jardines verticales sintéticos o no. También en las réplicas de flora y fauna para museos.

  • ¿Por qué crees que en España es complicado vivir de la ciencia y del arte?

En España el interés por el medioambiente es muy escaso. Hay muy poco naturalista. Además, existen pocas personas a las que les interesa saber cómo se llama ese árbol, qué tipo de pájaro está cantando al lado de su ventana o cómo vive un hongo.

El español, en general, vive bastante ajeno a la naturaleza y al medioambiente.

Por otro lado, poca gente sabe apreciar una obra de arte, ya sea un cuadro o una escultura.

Hay todavía mucha incultura científica y artística en nuestro país. Por supuesto, hay gente muy válida y capaz.

  • ¿Qué te llevó a la Escuela de Artes? ¿Qué vibraba en ti para decantarte por el arte?

Yo entré en la Escuela de Artes porque quería aprender a dibujar y a modelar. Deseaba trabajar temas de la naturaleza, dibujar fauna, hacer ilustraciones para libros y modelar para museos. Estudiar en la Escuela de Artes era una buena manera de aprender técnicas.

Una vida ligada al medioambiente desde niño

  • ¿Dónde se enraíza tu amor por la naturaleza?

De pequeño, realmente. A mi hijo le ha pasado lo mismo. Es chiquitín y ya está enredando con las hormigas, le encanta ir al campo a coger renacuajos, a ver mariposas, se emociona con un saltamontes. Es algo que te nace. Forma parte de la curiosidad infantil. Hay gente que lo pierde, pero también la hay que lo desarrolla y aprende más sobre todo eso que tiene delante.

  • O sea, ¿tú crees que el amor por la naturaleza es algo innato?

Sí, es un poco innato, lo que pasa es que, en general, se pierde, no se fomenta o enseguida alguien le dice al niño: “venga, suelta el bicho ese, ¡qué asco!”. Y le van quitando esa fascinación por comprender la naturaleza.

  • ¿Podrías destacar un punto de inflexión que te condujo a ser un biólogo autodidacta?

El punto de inflexión fue que, con 18 años -estaba en la Escuela de Artes- comencé a trabajar por las tardes, a media jornada, en la revista Quercus -una publicación sobre biología-. Entré ahí para encargarme de las ilustraciones.

  • Perteneciste a la ya desaparecida Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, ¿qué huella nos dejó este naturalista y divulgador?

Félix ha marcado a muchas generaciones porque era una persona muy apasionada, con una gran capacidad de comunicación y muy carismática. Una persona muy especial.

  • ¿Cuáles son los cambios esenciales que reivindicaba Félix Rodríguez de la Fuente para estar en armonía con la naturaleza?

Los más evidentes: escaparse de esta sociedad totalmente consumista que hace que los recursos de la naturaleza vayan a menos. Estamos devorando el planeta. Él pensaba que había que tener un equilibrio con la naturaleza y un estilo de vida que fuera compatible con el respeto hacia el medioambiente. La degradación de la naturaleza ha sido galopante en estos últimos cincuenta años.

La 2 de TVE brinda dos espacios a Ángel Febrero

  • Llegaste en 2011 a La 2 de TVE con Biobricolaje, una sección de La aventura del Saber: ¿cuál era la misión de este espacio?

Está ideada para que los chavales puedan educarse ambientalmente hablando.

  • Posteriormente (2012), nació Cuaderno de Gaia en el mismo programa, ¿qué denota el concepto de Gaia?

Gaia como concepto es muy interesante. Es una manera de englobar todo y no ver la naturaleza por partes. Generalmente, el ser humano -sobre todo el occidental- intenta analizar todo diseccionando. Sin embargo, esta concepción de la naturaleza consiste en verla como un ser vivo, como una unidad y una partícula viviente. En realidad, una pequeña partícula, como una célula que está flotando ahí en medio de la nada.

  • ¿Cuál era tu modus operandi para que la tierra fuera más próxima a los televidentes?

Algo tan sencillo como aplicar un poquito de pasión a lo que me entusiasma. Contarle a alguien, por ejemplo, la vida de las hormigas. Transmitirlo de tal manera que las personas alucinen con esa estructura social que tiene el hormiguero.

Paludario y Muros Frescos, dos marcas de carácter innovador

  • Creador de la marca internacional Paludario, ¿en qué consiste esta iniciativa?

Se trata de un pequeño ecosistema vivo en el que hay helechos, musgos y es como un pequeño cuadro vivo para disfrutar. Está ideado para que sea autosuficiente. Tiene una serie de bombas de agua y una iluminación que hace que se mantenga vivo. Yo trato de inventar un cuadro viviente: un cuadro de un manantial, que muestre un trozo de naturaleza húmeda, de musgos, de helechos, pero que tenga esa viveza y se mantenga en el tiempo.

  • ¿Cuáles son los secretos para crear y mantener un paludario?

Que la tecnología que lo soporta esté en perfecto estado. Por ejemplo, revisar que las bombas funcionen, que la iluminación sea la correcta y hacer cambios de agua cada cierto tiempo para que no se salinice demasiado.

  • A ella se suma otra marca-patente internacional: Muros Frescos, ¿cómo nació la idea?

A raíz de Paludario, pensé que también había una laguna muy grande en la jardinería vertical que no fuera viva. ¿Qué ocurría? La que era sintética consistía en rejillas de plantas de plástico del Leroy Merlín, para entendernos. Había personas que optaban por musgo seco pegado a una pared con cola de contacto. Me parecía muy lamentable. Reflexioné y concluí que lo mejor era realizar una patente que fuera musgo de material reciclado que pareciera vivo, de tal forma que no se dañara el mundo de la naturaleza y que tuviera esa estética tan agradable.

La idea era hacer un producto artístico original, que acogiera una serie de características de estética, de duración y que fuera innovador.

  • ¿Cómo consigues seleccionar especies para crear un jardín vertical?

Como todo es sintético cien por cien, consulto todos los catálogos de plantas artificiales hechas en Europa con calidad suficiente y escojo aquellas especies que están mejor conseguidas y recreadas.

  • ¿Cuál es el Muro Fresco que te ha traído más satisfacciones?

Por supuesto, los que hice para el aeropuerto de Madrid. Realicé siete bastante grandes. Al final mi producto llamó la atención porque era muy diferente a lo que existía en el mercado hasta ese momento. Quisieron que mis jardines ocupasen las diferentes terminales. De eso sí que estoy muy orgulloso.

Febrero apuesta por la originalidad y el rigor en su obra

  • Este año ha arrancado el proyecto Bioesculturas: ¿cuál es su propósito?

Es una manera de hacer colonias para aves urbanas, pero que no fueran simples cajas nido en los muros de los edificios para que las aves los ocupasen. La idea era hacer esculturas en forma de ave y, que, a la vez, fueran cajas nido. Que esa figura artística estuviera compartimentada interiormente de tal manera que las aves anidaran. Se trata de hacer esculturas autorreferentes. Es decir, si es la colonia de un vencejo, elaborar y colocar la silueta de un vencejo donde pueda alojarse una veintena de ellos aproximadamente.  

  • Hace poco ha nacido una web donde ilustras aves, mamíferos y reptiles: ¿cuál es el enigma de tanta precisión y rigor al plasmarlos?

Lógicamente, aparte de que llevan muchísimas horas de trabajo, son ilustraciones digitales para las cuales yo me baso en fotografías de la anatomía de esos animales. Puedo hasta clonar pelo con pinceles digitales para implementarlos en esos dibujos. Con lo cual, te permite desarrollar mucha precisión.

  • ¿Qué mensaje lanzarías a adolescentes y jóvenes apasionados por la naturaleza?

El camino de la ciencia es precioso y nunca se acaba porque comprender la naturaleza, el universo y a todas las criaturas que habitan con nosotros es algo fascinante. Saber sobre su vida es algo maravilloso que enriquece muchísimo y que, al fin y al cabo, es la realidad. El hombre ha erigido otro tipo de cultura más irreal: una cultura urbana, en la que el ser humano se aleja de la naturaleza. A mí me gustaría que los jóvenes pensaran que la realidad no está tanto en las ciudades, en este tipo de cultura urbanizada, sino que lo más bonito, donde más se aprende y donde más se disfruta es con la cultura de lo natural.

Holocausto en el hormiguero

Amantia es una de las hormigas recolectoras que trabajan sin cesar por una buena causa: la supervivencia del hormiguero. Su inteligencia es colectiva. Emite feromonas para que sus hermanas encuentren la fuente de alimento. Este comportamiento incluye un mapa. Una ruta que es seguida por sus compañeras en el camino de regreso al hormiguero.

Nuestra hormiga es feliz y se siente valorada, ya que su responsabilidad radica en emitir señales por el bien de su colonia. Una vez que el alimento se agota, el olor se disipa de tal forma que el resto de hormigas puedan reaccionar y cambiar de tercio.

Una tarde calurosa de julio Amantia se encontró a una cigarra, pero pasó de ella porque ya se sabe la retahíla de sonidos machacones que emite. Que si es un reclamo de los machos para que pueda ser captado por las hembras. Que si utilizan este sonido para marcar el territorio ante sus competidores. Todo en las cigarras se reduce al cantar y eso no le parece justo a Amantia, acostumbrada a un trabajo de sol a sol, a pesar de las elevadas temperaturas.

El secreto que mantiene vivo al hormiguero es la distribución de tareas entre las hormigas. Mientras que unas se ocupan de abastecerlo de comida, como Amantia; otras protegen a sus congéneres.

En este sentido, se caracterizan por fuertes lazos de solidaridad. Así, cuando algunas resultan heridas por enfrentamientos con otras especies, emiten sustancias para solicitar la ayuda de sus colegas. Una vez que la hormiga herida llega al nido, la labor de las demás consiste en lamer las heridas. Amantia ha visto cómo muchas de sus compañeras se curan tras esta acción. Resulta totalmente inconsciente y solo existe porque es beneficiosa para la colonia, ya que en el mundo de las hormigas los individuos carecen de valor a expensas de la colectividad.

La guerra se desata entre las hormigas

Aquella tarde de julio no fue especialmente benévola para Amantia. Su colonia resultó víctima del ataque de otro grupo de hormigas. En concreto, por un equipo de merodeadoras que se reunieron en grupos de miles para arrasar todo lo que se encontrasen por delante.

En su camino, estas guerreras se toparon con el hormiguero donde residía Amantia, quien pudo observar cómo la formación se abalanzaba sobre ellas. Al igual que las hordas de soldados humanos, las hormigas se caracterizan por poner por delante la carne de cañón.

En este caso, el hormiguero se distribuyó para hacer frente a la batalla. En primera línea se colocaron las hormigas obreras, mientras que reservaron a las hormigas soldados, de mayor tamaño, a posiciones traseras o intermedias.

El secuestro de las hormigas

A su vez, en esta contienda las atacantes tenían un objetivo: secuestrar a sus rivales. Penetraron en las líneas enemigas y se llevaron los huevos de sus contrincantes hasta su hormiguero con el fin de convertirlas en sus esclavas.

Sin embargo, estas hormigas invasoras, de mayor tamaño y una mandíbula más poderosa, no están exentas de salir ilesas en este “cuerpo a cuerpo”. Así, para evitar ser masacradas segregan una serie de señales químicas que desconciertan a sus víctimas, lo cual les sirve para aprovecharse de esta confusión.

Aunque Amantia sobrevivió a este momento de caos, confusión y rivalidad, vio cómo su colonia quedó diezmada y muchas de sus compañeras resultaron heridas o muertas en el combate.

Carta de un perro pastor a un lobo ibérico

Querido Canis lupus signatus:

Como hace tiempo que nos conocemos, no me voy a andar con rodeos. Tanta injusticia, tanto dolor y tan poca compasión me tienen entristecido y enfadado. ¡Y no soy el único!

¿A que no sabes por qué? Claro, cómo lo ibas a saber si vives en tu mundo de supervivencia. Eres un experto en sobrevivir, lo sé. La manada que encabezas está hambrienta y tú tienes que bajar de vez en cuando al pueblo en busca de alimento.

Amigo, solo sé que te comprendo. ¿Qué haríamos nosotros si nos encontrásemos en tu penosa situación? Lo mismo que tú: cazar, buscar y rebuscar para conseguir algo que llevarnos a la boca.

Te diré que esto de ser perro pastor no es nada fácil. Algunos humanos creen que sí, pero tenemos una gran responsabilidad y, a veces, nos obligan a hacer cosas que no queremos.

Mientras las ovejas pastan, soy medianamente feliz. Todo es calma y sosiego. Las ovejas no dan grandes problemas las pobres. Comen, amamantan a sus corderitos, si los tienen, y pasean por prados verdes. ¿Quién no querría esa vida?

No me cambiaría por una oveja jamás, pero reconozco que tienen una vida sencilla. Y, encima, me tienen a mí y a otros compañeros que, como yo, las protegemos y guiamos.

¡Menudo rollo que te estoy echando! Quería hablarte a ti, pero entre tanta oveja me he despistado un poco.

Hace unos días me reuní con otros perros pastores. Éramos diez mastines leoneses. Todos y todas estamos en un sinvivir, de ahí nuestra asamblea secreta. Como estamos cansados de los disparates de los seres humanos, nos hemos agrupado para decidir qué hacer y cómo ayudaros.

Querido, a nosotros no nos importa que bajéis a cazar porque el monte se está vaciando de corzos, ciervos y jabalíes. Sabemos que sois una parte importante para el equilibrio de los ecosistemas.

La persecución a la que habéis sido sometidos hasta principios del siglo XX nos molesta. Me he enterado de que hasta el año 1970 erais considerados una plaga. ¡Vaya confusión! La gente, los cazadores en especial, andan locos por capturarte o capturaros.

Verás, yo creo firmemente que los ganaderos y agricultores se basan en la codicia, la ignorancia, e incluso el odio hacia vuestra especie. ¡No entiendo por qué!

Sé de buena tinta que eres un depredador, pero no necesitas de nadie para que tu población se mantenga regulada. Bien es cierto que tu crecimiento y el de tu manada están limitados por algunas cuestiones que me tienen hasta las narices.

Por ejemplo, la disponibilidad de alimento en tu territorio es determinante. Sois capaces de recorrer hasta 100 kilómetros diarios para encontrar comida. ¡Viva vuestra fortaleza!

Además, he olido que algunas enfermedades pueden causar una gran mortalidad de vuestra población. ¡Con la enfermedad hemos topado!

En mi nombre y en el de mis compañeros, te animo a que, como jefe de tu manada, defiendas a tus congéneres.

Sin ir más lejos, los cazadores matan conejos, ciervos, corzos y jabalíes por pura diversión. Hay veces que lo hacen sin control y, en un abrir y cerrar de ojos, se cargan vuestro alimento principal.

Sí, sois seres sociales, como las personas. De ahí la gravedad del asunto. Gran parte de vuestro comportamiento está influenciado por la protección de todos y cada uno de los miembros de la manada.

No me preocupa en absoluto que tus decisiones se guíen por la propia supervivencia del grupo. ¡Faltaría más! Tienes que alimentar a tu querida loba porque ella se ocupa de amamantar a tus hijos los lobeznos.

He descubierto que sois el macho y la hembra alfa de vuestra manada. Por lo tanto, no me extraña que estéis tan activos y seáis así de solidarios con la manada.

Han llegado tiempos mejores para vosotros, pero todavía queda mucho por hacer, amigo. Sigue cuidando a tu loba y lobeznos, no vaya a ser que tengamos que tomar medidas más urgentes para evitar vuestra desaparición.

Me despido hasta otro momento. Sé que nos encontraremos cara a cara algún día y en algún lugar. No temas por mí ni por mis hermanos. Jamás de los jamases te atacaremos. Así lo hemos acordado.

Os echaremos una patita, amigo, compañero y pariente.

Imagen: http://www.pixabay.com. Autor: Wikilmages

Encuentro prenavideño de renos y camellos

Rudolph es el más joven de los renos de Papá Noel. Encabeza la comitiva de estos animales de hábitat frío. Gracias a su nariz roja, guía a sus compañeros de batallas navideñas.

Su vida no fue fácil, ya que el resto de la manada le hacía el vacío, lo mantenía a un lado y se reía de él. ¿Sabéis por qué? Es diferente: su nariz es de color rojo. Lo que previamente fue un suplicio para este joven, cambió de la noche a la mañana. Los ocho renos restantes se dieron cuenta de que la nariz de Rudolph les podía servir para surcar los cielos y alumbrar la gélida Nochebuena.

El más joven de estos animales herbívoros anda meditabundo. Se huele (para eso posee una nariz roja) que esta Navidad es distinta. Después de un año de sinsabores, le gustaría que cualquier persona se llene de la inocencia y la alegría que ha perdido por el camino o le ha arrebatado el 2020.

Se le ha ocurrido una idea: reunirse con los tres camellos mágicos sobre los que sus majestades los reyes de Oriente recorren la Tierra para inundar de dicha el 6 de enero. Dado que los separan unos cuantos kilómetros, han decidido hacer uso de las nuevas tecnologías: celebrarán una videollamada.

Rudolph y el camello de Baltasar se anticipan a la Navidad

Son fechas de mucho trabajo. Por ello, los representantes de cada séquito: Rudolph y el camello de Baltasar se han adelantado para preparar las Navidades. Sin darse cuenta, se han pasado toda una noche para ponerse de acuerdo sobre el mensaje que dejarán a los seres humanos. Porque… bien es cierto que la humanidad necesita una buena dosis de esperanza y algún que otro consejo sobre respeto y protección del medioambiente.

Quieren que sus reflexiones lleguen a todos los rincones, sin importar lo recónditos que sean. Les gustaría que la sabiduría de los tres Reyes Magos se una a las perspicacia de los ocho renos para dar a luz a una nueva y reveladora perspectiva

El protagonismo de las tres R

Lo último que quieren es que las personas se pierdan entre palabras vacías. Por este motivo, han decidido otorgar protagonismo a las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Así de sencillo.

Los animales han percibido que las personas viven rodeadas de objetos efímeros y que se lanzan a “comprar, tirar, comprar” sin mirar más allá de la necesidad de adquirir tal o cual cosa.

Reducir implica la sencillez al cuadrado: no adquirir aquello que en realidad no necesitamos. Ante las modas efímeras, recurrimos a hacernos con cosas de baja calidad que producen residuos que no se reciclan.

Por otro lado, reutilizar supone alargar la vida útil de los productos. ¿Cómo podemos poner en práctica esta R? Los magos aseguran que podríamos practicar el arte de sustituir materiales de un solo uso como el plástico por otros como la tela o el cristal.

Y, por último, echar mano del reciclaje. En este caso, ya nos avisan que algunos procesos de reciclaje también contaminan y usan recursos naturales. Sí, reciclar, pero sin depender en exceso de ello.

Con todo, renos y camellos mágicos atravesarán cielo y Tierra para devolver esperanza y regalar ilusiones. Su periplo nos recordará que las tres R pueden complementar la R de regalar sin ton ni son.

LAS AVENTURAS DE LA CIGÜEÑA QUE JAMÁS EMIGRÓ. Ciconia conversa con una cigüeña negra

Ciconia es curiosa por naturaleza. Ha salido a planear por el monte y, en este viaje improvisado, se ha encontrado con Adela, una cigüeña negra especialmente esquiva.

Sin embargo, como es pariente cercana de nuestra cigüeña blanca, le ha dado confianza y han comenzado una profunda e íntima conversación.

Adela le ha contado, con tristeza, que España cuenta con apenas 350 parejas de su especie.

Ciconia ha empezado a crotorear un poco confusa y cabreada. Adela le ha confesado que no construye su nido en zonas próximas al ser humano, sino en lugares alejados y recónditos como las sierras y los bosques del cuadrante suroccidental de la península ibérica. Nos instalamos sobre rocas o grandes árboles, añade.

Además, Adela le ha contado dónde pasa el invierno: en Doñana y su entorno. Otros compañeros suyos, aclara, se van a pasar la hibernación en determinados embalses de Extremadura y en el valle del río Tiétar.

Cada vez son más las cigüeñas negras que hibernan en este río, un afluente del Tajo. Por lo tanto, son buenas indicadoras de las consecuencias que el cambio climático ejerce sobre la avifauna.

Ciconia y Adela se han pasado una buena parte del tiempo debatiendo y reflexionando sobre el clima. Están preocupadas, ya que muchas cigüeñas se ven obligadas a adaptarse para no desparecer.

Así, especies que antes hibernaban en África, actualmente lo hacen en la península ibérica. De ahí que Ciconia jamás haya sobrevolado el estrecho de Gibraltar para conocer el continente africano.

Las dos hembras nos invitan a preguntarnos qué podemos hacer para frenar este cambio que está haciendo estragos a escala global y que pone en peligro la biodiversidad.

LAS AVENTURAS DE LA CIGÜEÑA QUE JAMÁS EMIGRÓ. Ciconia y Claudio tienen polluelos

Ciconia ha puesto nada menos que seis huevos. ¡Un verdadero récord! Claudio y Ciconia se turnan para incubarlos durante 33 o 34 días.

Ya estamos en marzo, cuando nacen los polluelos. No todos han corrido la misma suerte. Algunos de los pollos, en concreto dos, han fallecido debido a su debilidad.

Para alimentarles, los recién estrenados padres llevan comida en sus estómagos hasta el nido y allí se lo dan a sus crías, metiéndoselo en el pico.

A los dos meses de vida, los pollos comienzan a hacer pruebas de vuelo en el nido y, a los setenta días de nacer, realizan su primer vuelo, un orgullo para sus padres.

LAS AVENTURAS DE LA CIGÜEÑA QUE JAMÁS EMIGRÓ. Un nido perpetuo

Ciconia es experta en hacer nidos. ¡Lleva toda su vida construyéndolos y arreglándolos año tras año! Para ello, utiliza ramas, paja, tierra, hierbas y, en ocasiones, emplea elementos artificiales que encuentra como cuerdas y cables.

Ciconia y Claudio van a poner un nuevo palo en el nido, un momento especial. Ambos lo cogen a la vez con el pico y se mueven juntos en una suerte de danza antes de ponerlo en el nido.

Cada año, las cigüeñas como Ciconia y Claudio trata de usar el mismo nido, por eso lo defienden a capa y espada para que no se lo quiten otras cigüeñas.

LAS AVENTURAS DE LA CIGÜEÑA QUE JAMÁS EMIGRÓ. El apareamiento de Ciconia

Ciconia anda enamorada. Le ha embargado la exquisitez y el elegante vuelo de Claudio. Ciconia está en celo. Se nota porque su crotoreo, que es el sonido característico de esta ave, es más constante.

Aunque se le puede oír crotorear durante todo el día, esta acción se hace más intensa durante el celo. Lo realiza abriendo y cerrando el pico repetidamente para golpetear las dos partes de este.

Además, Ciconia realiza bailes y alguna que otra acrobacia para atraer a Claudio.

¡Cómo no se va a enamorar Claudio de Ciconia! Es una cigüeña esbelta y, cuando despliega sus alas de plumas negras destacan y hacen un bello contraste con el resto de su cuerpo, de plumas blancas.

Es el mes de febrero, cuando se produce la cópula entre Ciconia y Claudio. En este momento, el macho se sube sobre la hembra, aletea y se sujeta con sus patas para mantener el equilibrio. La fecundación tiene lugar cuando se juntan las cloacas.