La montaña, que se alza como la más alta de la provincia de León, con sus 2.188 metros de altitud arde desde hace siete días. Las llamas y columnas de humo se aprecian desde casi cualquier parte de la comarca que preside.
Los vecinos de los pueblos aledaños ven cómo el fuego se apodera de este enclave de gran valor medioambiental. Lo hacen con indignación, tristeza y preocupación. Temen que el incendio (calificado de nivel 2) se lleve por delante su cobijo, sus hogares, su historia, sus anécdotas…
Los frentes intimidan a los pueblos de Quintanilla de Somoza, Molinaferrera y Filiel, cuyos habitantes ya advierten que deben de estar listos por si han de partir raudos en el caso de que los focos se expandan más.
El incendio ha arrasado ya más de 2.000 hectáreas en una zona de difícil acceso por la existencia de proyectiles empleados para las maniobras del campo de tiro, cuyo uso se consolidó por el Ejército en 1980.
La munición horada el monte y supone un peligro para la vegetación y fauna de la zona. Además, la existencia de proyectiles imposibilita que los equipos de extinción de incendios se adentren en la zona por el riesgo de explosión.
Ahora la respuesta viene del cielo, ya que los vientos cambiantes desplazan las llamas, que han saltado los cortafuegos trazados por las brigadas para tratar de controlar la propagación, con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Lo que comenzó con un rayo se ha convertido en una catástrofe similar a las que se originaron en 1998 y 2005, que devastaron miles de hectáreas en este mismo emplazamiento.
Un monte sagrado
Los habitantes de la comarca de La Maragatería admiran y veneran al que fuera Mars Tilenuspara los romanos. Roma lo divinizó, quizá por su majestuosidad y porte. Tal vez se encomendaran a él en las batallas.
Por Estrabón (geógrafo e historiador romano) se conoce la existencia de un dios guerrero similar a Marte. Ante él se sacrificaban machos cabríos, caballos e incluso prisioneros. Lo documenta una inscripción aparecida en una lámina de plata, en Quintana de Marco con la denominación de «Marti Tileno»
También se advierte presencia prehistórica. Queda plasmada en los petroglifos descubiertos por Juan Carlos Campos, astorgano de pura cepa y aficionado a la arqueología. Halló dos piedras de grandes dimensiones con tres laberintos cada una. Según queda reflejado en El Diario de León, los petroglifos de La Maragatería tienen los laberintos más antiguos del mundo.
Los expertos han vertido algunas hipótesis sobre estas muestras de arte rupestre. Podrían ser representaciones solares al servicio de las antiguas sociedades campesinas, quienes realizaban ritos de iniciación o de fertilidad. El enigma planea sobre estas piedras de gran envergadura, que pueden atesorar y despertar fascinación y alguna que otra sorpresa.
En esta España vaciada (y olvidada) las llamas parecen campar a sus anchas, con una intervención insuficiente. Además de la amenaza de poblaciones y vidas, la tierra ve usurpada su flora y su fauna. Buena parte de responsabilidad recae sobre El Ejército donde se vio un recurso que puede manejar a su antojo. Este desastre da cuenta de ello.
En memoria de los ancestros de La Maragatería y por los habitantes que hoy sacan este enclave adelante con fortaleza