Ciconia reside habitualmente en Alcalá de Henares (Madrid). No, no ha conocido África como algunas de sus compañeras, que emigraban en otoño al sur del Sáhara.
Los inviernos suaves y la presencia de vertederos han hecho que muchas cigüeñas blancas permanezcan en la península ibérica. Aquí mantienen sus nidos y viven sus aventuras.
No ocurre así con los polluelos, que sí emprenden el viaje al continente africano. Estos emigran y, después de tres o cuatro años, vuelven al lugar donde nacieron para criar.
Dada su sabiduría, estas aves de plumas blancas y gran envergadura, han decidido permanecer donde anidan. Lugares donde encuentran comida y temperaturas agradables en plena época invernal. Reducen, así, el gasto de energía que supone emigrar.
Habitualmente, las cigüeñas llegaban a la península en febrero y ocupaban el nido del año anterior en campanarios, torreones o en otros lugares elevados.
Entonces, empezaban su proceso de celo y de cría, y regresaban a sus refugios de invierno en África a partir del otoño.
Ciconia conoce muy bien el vertedero madrileño de Valdemingómez donde se reúnen unas 10.700 aves. Para estos animales, resulta innecesario emprender lejanos y arriesgados vuelos.